miércoles, 5 de mayo de 2010

Rozando la decepción

Hoy es uno de esos días, en los que un simple gesto te parece un mundo. Quizás no tiene suficiente importancia, y mi cabecita loca es una máquina de autodestrucción que genera ideas equívocas y erróneas.

Hoy para mí ha caído un mito. Uno de mis jefes... (Sí... tengo más de uno)

Siempre lo he tenido idealizado. Es de ese tipo de hombres que habla con tal rotundidad que te hace pensar, lo que dice va a misa, aunque a veces alguna idea que otra revolotee sobre mi cabeza cuando sale por su boca y no termine de ver todo con total nitidez. Es del tipo de hombre que mientras sus palabras son escuchadas, el rompecabezas asoma la figura oculta; del tipo de hombre que aporta soluciones, en lugar de problemas.

Siempre intento realizar mi trabajo con la mayor eficiencia que puedo dar. Nunca he sido una persona a la que le guste molestar por molestar. Me considero una persona práctica.

Sin embargo, hoy, mientras le presentaba a mi jefe el trabajo de toda una jornada, como hago habitualmente, algo extrañó noté en su mirada. Me lo encontré hoy muy extraño, como si no fuera él mismo. Podría ser acaecido por varios motivos, ya sea por la presión que estamos sufriendo en la empresa actualmente, una demoledora reunión previa a mi visita, incluso cansacio de una mala noche y agitada. Sea lo que fuere, él estaba hoy fuera de sí.

Como es habitual, cada vez que me enfrento a un problema en mi trabajo, intento solventarlo según mis conocimientos y/o mis capacidades. Cuando realmente no consigo ver la luz en el túnel, queda anotado y a la espera de poder consultarle. Pues bien, hoy tenía varias cosas que consultarle. Y he aquí mi decepción... A medida que le preguntaba mis dudas y argumentaba mis conclusiones, no podía evitar comprobar como este gran e inteligente hombre se dejaba sorprender por el escote de mi blusa. Ya sé que pensarás... el típico tópico... pero quizás nadie sepa realmente que es una situación desagradable, verdaderamente. Mientras hablaba conmigo, si se le puede llamar así, notaba sus ojos clavados en mi, en lugar de mi trabajo. Me hizo sentir como si mis ocho horas no hubieran servido de nada...

Puede que sea una tontería, pero quizás hoy no era precisamente el mejor día para ponerse la escafandra de "aquí no ha pasado nada y yo me hago la loca". Quizás empiezo a estar cansada de un comportamiento machista en el ámbito laboral.

Ya empieza a ser la hora de que se vea a la mujer como una persona capacitada de ejecutar un trabajo.

Disculpa mi enfado, pero hoy... no tengo fuerzas para más...

9 comentarios:

  1. O vaya gran lío el tuyo... desafortunadamente las hormonas gobiernan a la mayoria de los hombres y eso es algo terrible, pero tan lamentable como humano, si crees que puedes lidiar con el caso y verlo desde otra perspectiva puede resultarte mucho mejor, digo con esto no quiero decir que soportes el acoso de todos los hombres que circundan tu vida... pues se lo molesto que resulta tener los ojos de un tipo pegados al escote o al trasero.... pero aveces solo basta con alejarte un poco... y tratar de centrarte en tu bienestar y no en lo sucedido ya que eso en lugar de hacer un bien puede aumentar tu molestia...

    Como lo mencionaba el punto de partida es tu bienestar y digo si el tipo en cuestion ha guardado su distancia trata de tomar las cosas mas relax... Aveces sucede que cuando no te tomas las cosas tan enserio y tan personales la vida se vuelve un poco más sencilla.

    Y Perdona la intromicion, puede que mi osadía te parezca un insulto, pero creelo NO es el fin... Trata de ver las cosas desde un punto de vista en el cual no te veas afectada, que las cosas se te resvalen!! no es nada facil, pero si lo haces un hábito, verás que por mas terribles que sean los sucesos dificilmente podrán afectarte... centraté en ti y en lo que realmente importa tu bienestar y tranquilidad. Puede que mañana este tipo tenga equilibradas las hormonas y entonces su fijacion no sea tu escote sino tu eficiencia... Todo lo mejor, toda la buena vibra...

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  2. Bueno me parecio muy interesante tu blog ya tienes a tu primer seguidor.Un saludo...

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  3. Mask, muchísimas gracias por tus palabras de apoyo. Quizás lleves razón (al 99,99%). A veces me confundo poniéndome el disfraz de "Quiero salvar el mundo" y con total seguridad no está en mis manos...

    Lectores inquietos, ¡muchas gracias! Me ha hecho ilusión, espero verte por aquí a menudo.

    Un saludo para ambos, desde lo alto de esta torre...

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  4. Si a la mujer no se la viera capacitada para hacer su trabajo no se la contrataría. Relájate, y tómatelo con una pizca de sentido del humor, por que nunca llueve a gusto de todos.

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  6. Muchas gracias, Óscar. Llevas razón... A veces no es fácil luchar en un mundo de hombres, pero quizás tenga que dejar pasar un poco por alto ciertos detalles...

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  7. ¡¡Qué demonios!! He cambiado de idea... Hay que saber diferenciar trabajo de relaciones sociales. Yo no me quejo de que un hombre me mire o no, pero en cuestiones laborales, me gusta pasar desapercibida. Que cada cual haga su trabajo y yo haré el mío. No es lo mismo estar en un pub de copas vestida de otro modo. ¿O acaso lo es?

    Recibe un saludo, Óscar, y gracias por participar. Tienes las ventanas de mi torre abiertas para expresarte libremente.

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  8. xD estoy de acuerdo con Oscar, relajate mujer! no te enfrasques, como te decia, busca tu plenitud no te tomes las cosas tan personal, ademas creeme! las hormonas no creo que tengan sentido del lugar... de saber como, cuando y donde dispararse... la vida es tan solo un sueño, tus actitudes ante ella te guiaran hacia la plenitud o hacia el fango, tomartela demasiado en serio es desgastante... pero mira es bueno que escribas lo que sientes, habla, explota, libérate, que mejor que en este lugar y entonces sigue caminando tranquila y con mejor animo!! mejor actitud!

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  9. Eso hago... desahogarme aquí... obviamente no voy luchando con cada hombre que me mira el escote. Lo que me abrasa por dentro es la sensación de haber estudiado tanto, para trabajar en un lugar donde el 95% son hombres y que todo el mundo esté pendiente de algo tan banal como el físico... Es lo que me mata... ¡Hombre, por Dios... que tenemos neuronas!
    Créeme, en la vida real, siempre pongo una sonrisa e intento demostrar indiferencia ante estas situaciones; como si no fuera conmigo... no me queda otra. Aquí puedo mostrarme tal y como lo siento, me guste o no... ¡Y gracias por los ánimos!

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